«Cada provincia decide sobre la tarifa que paga su empresa y generalmente es en torno a un cálculo que tiene en cuenta cuestiones como densidad de población o los kilómetros de líneas que necesita mantener una compañía. Pero la diferencia es muy grande más allá de estas cuestiones», destacó Cecilia Laclau, presidente de Fundación para el Desarrollo Eléctrico (Fundelec).
«El precio final que paga el usuario es un combo, no es solamente la tarifa. Tenés una tarifa que se aplica para todos igual, que es el costo transporte de la energía que varía muy leve, depende cuanto tiene que recorrer la energía eléctrica. Pero la tarifa mayorista es casi la misma. Lo que cambia es la tarifa de distribución, llamada Valor Agregado de Distribución (VAD) que es lo que corresponde a la distribuidora, y la carga impositiva«, detalló Laclau.
«Las diferencias de precio se dan por una razón. El marco legal le otorga a las provincias el poder de regulación sobre las distribuidoras de electricidad. Las propias provincias deciden el nivel tarifario», explicó Daniel Gerold, consultor en temas de energía y titular de la consultora G&G Energy Consultants.
Fuente: INFOBAE
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